miércoles, 11 de febrero de 2015

EL ALFARERO, Pablo Neruda


 Todo tu cuerpo tiene
 copa o dulzura destinada a mí.

 Cuando subo la mano
 encuentro en cada sitio una paloma
 que me buscaba, como
 si te hubieran, amor, hecho de arcilla
 para mis propias manos de alfarero.

 Tus rodillas, tus senos,
 tu cintura
 faltan en mí como en el hueco
 de una tierra sedienta
 de la que desprendieron
 una forma,
 y juntos
 somos completos, como un solo río,
 como una sola arena.

  

                                   

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